Podemos decir
que Tarifa es realmente un lugar paradisíaco para el turismo.
Por
muchas razones sobresale del montón de los simples destinos del
tipo “balnearios”. Primero, es distinta por su situación
geográfica excepcional. La ciudad se ubica en el estrecho de Gibraltar;
a sólo 14 kilómetros de África, dónde se encuentra
el mar Mediterráneo y el Atlántico. Desde nuestras costas
se pueden encontrar distintos puntos de vista hacia el otro continente.
Es una ciudad donde una de las cosas más agradables para vivir
es el calor humano o de sus habitantes, su carácter andaluz y el
legado cultural de los árabes. Ofrece las condiciones ideales para
descansar durante su estancia.
Presenta una naturaleza preservada y única (dos Parques Naturales: Los
Alcornocales y El Estrecho)
que permite la práctica de actividades al aire libre y deportivas,
cómo el avistamiento de cetáceos, senderismo, rutas a caballo.
Además de sus largas y extensas playas arenosas, que son,
sin duda, su mayor reclamo.
Del
mismo modo dispone de un entorno natural único, así es posible
observar aves, los fondos marítimos buceando, y por supuesto los
deportes, los más practicados son los vinculados al viento tales
como el windsurf y el kite, por eso podemos llamar a
Tarifa la ciudad del viento.
Hay que hacer hincapié en las temperaturas, altas y confortables
en verano y suaves en invierno, y un cielo azul y limpio.
La
ciudad ofrece un abanico de alojamientos que se adapta a los distintos
niveles adquisitivos, y sus edificios están integrados perfectamente
en el entorno.
Podemos añadir que en Tarifa hay numerosos lugares para divertirse
y salir, con un ambiente de alegría y diversión, entre los
que destacan los bares de tapas, restaurantes, con comida tradicional del
lugar, las discotecas y los pubs.
Nadie puede quedar insensible al encanto de esta bella ciudad.
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